miércoles, 29 de octubre de 2008

Movilidad articular y estiramientos en la actividad física

Existe una amplia variedad terminológica respecto a esta cualidad física en diferentes textos especializados, lo que provoca cierta confusión en el uso de los mismos.

La variación que experimenta el músculo tras la aplicación de una fuerza deformante en tracción se denomina estiramiento muscular y, según la naturaleza del mismo, los tejidos responderán de forma variable siguiendo el trazo de una curva de tensión/deformación. De esta manera el efecto que resulta genera una elongación en la musculatura y tejidos de envoltorio muscular y articular, siendo una cualidad de dichos tejidos.

Un termino mas global que hace referencia a los tejidos blandos como a la articulación en sí es el de movilidad articular y es la capacidad que posee el sujeto de llevar a cabo movimientos en un determinado núcleo articular, interviniendo como factores esenciales las condiciones morfológicas de la articulación y las propiedades elásticas de la musculatura y tejidos periarticulares implicados en la acción. No obstante se refiere mas a una variación angular conseguida por un determinado núcleo, aunque para ello influyan las condiciones elásticas de los tejidos.

Weineck (1988) definió el termino movilidad como “la capacidad y cualidad que el deportista tiene, para poder ejecutar movimientos de gran amplitud articular por sí mismo, o bajo la influencia de fuerzas externas”

Para finalizar esta aclaración conceptual con el término que define de una forma mas concreta, esta cualidad de condición física del deportista. Álvarez del Villar (1987) define la flexibilidad como “la capacidad que, con base en movilidad articular, extensibilidad y elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones dispersas, permitiendo realizar al individuo acciones que requieran agilidad y destreza”

Para realizar un correcto trabajo de flexibilidad es aconsejable conocer que factores influyen de forma directa o indirecta en su desarrollo. Para los siguientes autores, Porta 1987; Guissard y cols. 1988; Esnault y cols. Rodríguez y Moreno 1997 dichos factores son los siguientes: estructura muscular, estado emocional, edad, actividad de receptores propioceptivos, ambiente, tejidos conjuntivos, temperatura, métodos y técnicas a emplear, sexo y núcleos articulares.

Mediante ejercicios de calentamiento somos capaces de elevar la temperatura corporal considerablemente, y así hemos de aprovechar la separación molecular generada por el incremento de temperatura, para aplicar las fuerzas de tracción sobre las fibras y , de este modo, crear una sumación de efectos para lograr un mayor distanciamiento entre las uniones musculares, con lo que se produce un estiramiento.

La carrera continua posee beneficios para las mejoras de movilidad articular y extensibilidad (Dubreuil y Neiger, 1984). El movimiento y el aumento de la temperatura en los tejidos, condicionan esta ganancia de elasticidad muscular.

Si nos referimos a factores neurológicos e influencia en la flexibilidad deberemos de destacar a los mecanorreceptores propioceptivos ubicados en la musculatura esquelética, como principales agentes de respuesta ante estímulos de estiramiento. El reflejo miotático o de estiramiento se aparece cuando se produce una fuerza de tracción en la masa muscular y dichos receptores envían unas señales excitatorias a las motoneuronas del asta anterior que inervan las fibras que han sido alongadas, produciendo una contracción que se opone al movimiento.

El dolor va asociado de forma refleja una contracción directa por vía medular en la musculatura sometida a la elongación oponiéndose al proceso de estiramiento.

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